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“Embracing the Pleasure of Tango, Energy and Connection” 03/11/2025


Tango Zen Journal – March 11, 2025


“Embracing the Pleasure of Tango, Energy and Connection”

“Abrazando el Placer del Tango, la Energía y la Conexión”


Over the weekend, I finished the Tango Zen workshop seminar in Bern. The results were quite satisfying. Of course, every workshop unfolds differently, but this time, we focused on energy—working as energy rather than as a physical entity—and also on pleasure. We talked extensively about pleasure, sparked by a participant who mentioned that his goal in tango is to pursue pleasure. I welcomed this perspective, as it aligns perfectly with my own tango journey: the pursuit of pleasure in life. We explored why pleasure happens in terms of energy and how it flows through movement.


This workshop was the result of my outreach to local tango communities. Financial expectation was secondary; my goal was to offer my service to the community and contribute to its growth. Unfortunately, despite my willingness to volunteer and share my expertise to benefit the community, no one responded.


Many organizers did not even acknowledge my emails, and some dragged their feet for over a year and a half just to say no. That was disappointing. I suppose this reflects a local character or way of doing things, which I don’t fully understand, but I’ve accepted it now.


The opportunity for this workshop came from Camille Yannantuono, who is originally from California but has been living in Bern for about 14 years. She is essentially Swiss now, with a 10-year-old child and a husband-partner. Given her background, I’m not surprised to see Camille taking the lead in the community with many new initiatives—initiatives that local organizers might not have thought of or pursued.


Previously, we had spoken about how to proceed with ideas, and her approach was straightforward: "Let's give it a try. If it works, great. If not, that’s fine." That’s how she invited me to host a film screening in December, and just three months later, we successfully completed this workshop. This is how Californians and North Americans, including myself—that’s my cultural background—conduct business and pursue new projects. They take action, thinking outside of the box.


For more information about Camille’s Tango activities, please visit her website: www.sorpresi-tango.com


Energy was at the core of our discussions. The Tango Zen principle revolves around energy—connecting through energy with the universe. I emphasized that our exercises were not physical drills but energy exercises. The embrace, movement, and listening to music—all are energy interactions. Music itself is energy, and through tango, we step into that energy.


One participant, the one who spoke of tango as pleasure, asked to dance with me so he could feel the energy. I agreed. During the break, I led him. He was taller and heavier than me, but we connected through energy. As we walked together, I sensed a deep connection, and without consciously deciding, I led him into an unexpected movement. He was shocked and delighted. “I’ve never experienced movement like this,” he said, “but there was so much pleasure in feeling this way.”


Camille, the organizer, also danced with me at the milonga on Saturday. Her feedback was striking. She described how, when we started dancing and connecting, she felt as if my height elongated, as though I were growing taller. With her eyes closed, she sensed my presence extending vertically. She also felt enveloped in an energy cocoon that made her feel secure. At one point, she opened her eyes and realized she had moved effortlessly without knowing how—it was pure flow. She felt safe, connected, and filled with pleasure.


In the end, all the participants had similar experiences. They realized that tango is not just about physical movement but about connecting through energy—expanding their presence and linking themselves to universal energy. They understood the message, and I was happy that we were, in the end, on the same page.


I thanked them for allowing me to share my joy of dancing and reminded them that I would be honored to be a part of their tango journey moving forward. It was a rewarding weekend, and I look forward to continuing my path as a Tango Zen guide for those seeking a deeper tango experience.


Abrazo milonguero,

Chan


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El fin de semana terminé el seminario de Tango Zen en Berna. Los resultados fueron muy satisfactorios. Por supuesto, cada taller se desarrolla de manera diferente, pero esta vez nos enfocamos en la energía, en trabajar como energía en lugar de una entidad física, y también en el placer. Hablamos extensamente sobre el placer, impulsados por un participante que mencionó que su objetivo en el tango es perseguir el placer. Le di la bienvenida a esta perspectiva, ya que se alinea perfectamente con mi propio viaje en el tango: la búsqueda del placer en la vida. Exploramos por qué el placer ocurre en términos de energía y cómo fluye a través del movimiento.


Este taller fue el resultado de mi acercamiento a las comunidades locales de tango. La expectativa financiera era secundaria; mi objetivo era ofrecer mi servicio a la comunidad y contribuir a su crecimiento. Desafortunadamente, a pesar de mi disposición para ofrecer mi experiencia en beneficio de la comunidad, nadie respondió.


Muchos organizadores ni siquiera reconocieron mis correos electrónicos, y algunos tardaron más de un año y medio solo para decir que no. Eso fue decepcionante. Supongo que esto refleja un rasgo local o una manera de hacer las cosas que no termino de entender, pero ya lo he aceptado.


La oportunidad para este taller vino de Camille Yannantuono, quien es originaria de California pero ha estado viviendo en Berna durante unos 14 años. Es esencialmente suiza ahora, con un hijo de 10 años y un esposo-pareja. Dada su trayectoria, no me sorprende ver a Camille liderando la comunidad con muchas iniciativas nuevas—ideas que quizás los organizadores locales no hubieran imaginado o llevado adelante.


Anteriormente, hablamos sobre cómo avanzar con ideas, y su enfoque fue directo: "Probémoslo. Si funciona, genial. Si no, no pasa nada." Así fue como me invitó a organizar una proyección de cine en diciembre y, apenas tres meses después, completamos con éxito este taller. Así es como los californianos y los norteamericanos, incluyéndome a mí—es mi trasfondo cultural—llevan adelante los negocios y nuevos proyectos. Actúan tomando acción y pensando fuera de lo convencional.


Para más información sobre las actividades de tango de Camille, por favor visita su sitio web: www.sorpresi-tango.com


La energía fue el núcleo de nuestras discusiones. El principio del Tango Zen gira en torno a la energía: conectarse a través de la energía con el universo. Enfatizé que nuestros ejercicios no eran simplemente físicos, sino ejercicios energéticos. El abrazo, el movimiento, la escucha de la música, todo es una interacción energética. La música en sí es energía, y a través del tango, nos sumergimos en esa energía.


Un participante, el que habló sobre el tango como placer, me pidió bailar conmigo para sentir la energía. Acepté. Durante la pausa, lo guié. Era más alto y corpulento que yo, pero nos conectamos a través de la energía. A medida que caminábamos juntos, sentí una conexión profunda y, sin decidirlo conscientemente, lo llevé a un movimiento inesperado. Se sorprendió y sintió un gran deleite. “Nunca experimenté un movimiento así,” dijo, “pero hubo tanto placer en sentir esto.”


Camille, la organizadora, también bailó conmigo en la milonga del sábado. Su comentario fue impactante. Describió cómo, cuando comenzamos a bailar y a conectarnos, sintió que mi altura se alargaba, como si creciera. Con los ojos cerrados, percibió mi presencia extendiéndose verticalmente. También sintió que una especie de capullo de energía nos envolvía y le brindaba seguridad. En un momento, abrió los ojos y se dio cuenta de que se había movido sin esfuerzo, sin saber cómo; era un flujo puro. Se sintió segura, conectada y llena de placer.


Al final, todos los participantes tuvieron experiencias similares. Comprendieron que el tango no se trata solo del movimiento físico, sino de conectarse a través de la energía, expandir su presencia y vincularse energéticamente con el universo. Entendieron el mensaje, y me alegró que, al final, estuviéramos en la misma sintonía.


Les agradecí por darme la oportunidad de compartir mi alegría de bailar y les recordé que sería un honor seguir siendo parte de su viaje en el tango. Fue un fin de semana gratificante, y espero continuar mi camino como guía de Tango Zen para aquellos que buscan una experiencia más profunda en el tango.


Abrazo milonguero,

Chan


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